viernes, 4 de julio de 2014

Un curso de verano de la UNED en Mérida aborda la educación emocional a través de las artes

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El curso de verano de 'Educación emocional a través de las Artes' de la UNED en Mérida, que comenzó este pasado lunes y finalizará el viernes, día 4, cuenta con 31 alumnos y con la participación de científicos sociales, educadores, psicólogos, terapeutas y profesionales del teatro, que trabajan la percepción de emociones y su expresión.

En el seminario, que ha sido presentado este jueves en Mérida por parte de su director, Juan Carlos Pérez, y la responsable de la UNED en Mérida, Irene Mañas, también se desarrolla el uso de la formación de las emociones para valorar qué ocurre y cómo son los problemas o situaciones de cada momento, la comprensión y regulación de las mismas.

Pérez ha manifestado que este año Mérida es "especial" porque se cumplen 20 años de la independencia de la UNED de la facultad de Humanidades, 25 de los cursos de verano de esta institución, 40 de este centro asociado de Mérida y 60 del Festival Internacional de Teatro Clásico de la capital extremeña.

Según el director curso, que hace "una revisión de cuestiones teóricas sobre cómo y en qué consiste la educación emocional", permite a los ponentes y los alumnos disfrutar de la interacción mutua. Asimismo, en él se tratan cuestiones prácticas, como que este tipo de educación se puede trabajar a través de diferentes artes, como el teatro, la literatura (infantil, de ficción o de ensayos filosóficos, entre otros), la música o el cine.

En este sentido, se establecen debates con los alumnos, "de carácter filosófico", con los que se plantean preguntas dadas a lo largo de la historia de la Humanidad, desde que se comenzaron a llevar a cabo reuniones para discutir el sentido de la vida o de la muerte.

Este curso enseña a reaccionar a una persona ante el problema que le cuenta otra, para que ésta se reponga "lo más pronto posible", saber animar a alguien o hacer reír, y todo eso supone variar las tres dimensiones de cualquier emoción, que son frecuencia, duración e intensidad.

Hasta la fecha, ha señalado, no se ha publicado nada que "aglutine todo este conjunto de aplicaciones artísticas a la educación emocional", por lo que para él es una "satisfacción" haber iniciado esta iniciativa. Según ha apuntado, el premio Nobel de Economía del año 2000, James Heckman, es una de los autores que "más ha documentado de manera prolífica" la conveniencia de intervenir en la educación emocional y social de las primeras edades.

Esta educación en edades tempranas "tiene consecuencias" para la economía, la productividad o la capitalidad del país porque las personas deben "ser hábiles para trabajar" y eso se consigue con la regulación de sus emociones.

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